Nikolái Gribachov - Poesía
Nikolái Gribachov |
Nikolái Matvéievich Grivachov, nació en 1910 en una familia campesina. Se tituló en una escuela de peritos hidrólogos y trabajó en su juventud en expediciones de prospección en el Norte. A partir de 1932 se dedicó al periodismo. Durante la Segunda Guerra Mundial manó una compañía de zapadores y colaboró en periódicos del frente.
Nikolái Gribachov, Héroe del Trabajo Socialista, Premio Lenin y Premio Estatal, no ha abandonado el periodismo: es el director de la revista «Unión Soviética», muy popular en la URSS y en el extranjero.
Sin embargo, la poesía, en la que Nikolái Gribachov inició sus actividades literarias a comienzos de los años 30, sigue siendo su «musa predilecta». El poeta nos habla principalmente del hombre y su misión, su lugar y su papel en la Tierra.
Nilolái Gribachov despliega una vasta y variada actividad social. Es miembro suplente de CC del PCUS, Presidente del Soviet Supremo de la Federación Rusa y uno de los dirigentes de la Unión de Escritores de la URSS.
Poesía
AMOR ETERNO
Es azul el albor y vaporoso,
tiene el río fulgores perlinos,
y a los puertos de astros lejanos
aquí el hombre inició su camino.
Y si a ti en un lejano planeta
un pincel te donaran y un lienzo,
pintarías de nuevo visiones
de tu tierra querida y su cielo.
Y los seres de distantes astros
lanzarían un grito de pasmo
percibiendo en tu cuadro un amor
que es campana tocando a rebato.
EL CASCO
Entre piedras se ve apenas,
ya sin belicoso aspecto,
el casco que algún fascista
dejó en el desfiladero.
La herrumbre se come el hierro
que mordiera la metralla,
y ha perdido su color
la cruz con patas de araña.
Fabrican en algún sitio,
aunque es otra la bandera,
nuevos cascos como ese
y también nuevas cabezas.
¿HACE FRÍO O CALOR ALLÁ EN SIBERIA?
¿Hace frío o calor
allá en Siberia?
Son distintas a ello
las respuestas.
También hay tras el Omsk
noches y estrellas,
y entre miles de otras,
sólo ella.
Y el buen acordeón
suena con brío,
y se riza la senda
sobre el río.
Y la nieve no borra
ni una vez
la trocha que trillaron
cuatro pies.
Y aunque arrecian los vientos
con furor
nunca apagan la llama
del amor.
Incluso en el invierno,
hoy como antes,
al ruiseñor escuchan
los amantes.
¿Se besaron o no?
¿Quieres saberlo?
Pregúntalo a los bosques
y a los vientos.
Si te abren el secreto
y ya lo sabes,
nada digas, por Dios,
a las comadres.
y sus bocas
se juntan ocho veces.
¡Son muy pocas!
Y por eso repiten
con ahínco,
que yo sepa, a lo menos,
otras cinco.
¿Hace frío o calor
allá en Sibería?
Son distintas a ello
las respuestas.
Trad.: José VIENTO
REVISTA SPUTNIK - NO.9 (SEPTIEMBRE DE 1982).
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