Arte ruso antiguo

Mosaico de "San Demetrio"
del monasterio de San Miguel
El arte de la Antigua Rus es una de las manifestaciones más brillantes en la historia de la cultura mundial. Surgió bajo la influencia directa de Bizancio y absorbió las vigorosas tradiciones de los eslavos orientales, proyectando su propia imagen exclusivamente original e irrepetible.

El arte antiguo ruso abarca un periodo importante desde fines del siglo X hasta el siglo XVII, inclusive. Su aparición está relacionada con la fundación de la Rus de Kiev (naciente Estado feudal del siglo IX y comienzos del XII), primer Estado de los eslavos orientales. En los siglos X y XI, la Rus de Kiev era una importante e influyente potencia, que mantenía amplias relaciones culturales y comerciales con Inglaterra, Francia y otros países de Europa, y con Oriente. En el siglo X la Antigua Rus se convirtió al cristianismo, lo que tuvo gran importancia para su desarrollo.

A lo largo de los siglos el destino del arte antiguo ruso pasó por duras pruebas. Durante la nefasta invasión tártaro-mongola, fueron devastados muchos centros culturales de la Antigua Rus y perecieron valiosísimos monumentos artísticos. A la espléndida floración del arte antiguo ruso en el periodo del encumbramiento de Moscú, a fines del siglo XIV y comienzos del XV, le siguió un periodo de decadencia, a fines del siglo XVII, y, por último, sus tradiciones quedaron casi completamente olvidadas en el siglo XVIII, que se señaló por un viraje radical en la vida social, política y cultural de Rusia. El avance de Rusia era demasiado impetuoso y la herencia de la Rus medieval demasiado grande para que la cultura de los siglos pasados recibiese la valoración. Sólo en la divisoria de los siglos XIX y XX se empezó a comprender el auténtico valor cultural del arte de la Antigua Rus. Las primeras investigaciones que tratan de la Edad Media rusa y los primeros intentos de restaurar los monumentos del pasado datan de este mismo periodo. Lamentablemente, a comienzos del presente siglo muchas cosas se habían perdido ya definitivamente.

En el País Soviético el arte de la Antigua Rus es objeto de profundo análisis por numerosos tratadistas de arte, contemporáneos nuestros.

La colección de obras de pintura antigua del Museo Ruso figura entre las más interesantes y completas de la Unión Soviética. Dicha colección sigue engrosando gracias a las numerosas expediciones que el Museo organiza y envía a distintas regiones del país. La colección da noción de toda la historia del arte de la Antigua Rus, de sus escuelas artísticas más importantes, relacionadas con uno y otro centro cultural. La peculiaridad de dicha colección consiste en que el arte de Veliki Nóvgorod y sus tierras queda reflejada con mayor plenitud.

Las obras ponen de manifiesto una importante característica del arte ruso medieval: mosaicos, frescos e iconos son partes integrantes de un conjunto que se percibía como un todo indivisible. Los géneros de artes plásticas propiamente dichos aparecen en la Antigua Rus bastante después.

Fragmento del mosaico del monasterio de San Miguel
Las naves principales de los primeros templos rusos eran adornados con mosaicos que les comunicaban singular majestuosidad. El fragmento del mosaico del convento de San Miguel de Cúpulas Doradas, en Kiev (fechado hacia 1108), puede dar cierta noción del arte de los antiguos maestros mosaicistas. Sobre el denso fondo, dorado y brillante, se distinguen claramente el verde oscuro y el morado del ornamento. Grandes pedazos, un tanto ásperos, de vidrio de color se hallan taraceados no en un plano, sino formando un pequeño ángulo uno respecto al otro. Dentro del templo el mosaico debía producir singular efecto por el juego de colores y luces.

Icono "El Ángel de Cabello Dorado" (siglo XII)
El icono El Ángel de Cabello Dorado, magnífico monumento de la pintura antigua rusa. Datado en el siglo XII, el icono se considera uno de los más antiguos monumentos de la Edad Media. La imagen creada por el pintor cautiva por la armonía poética y el hondo humanismo. El aspecto del icono se distingue por la refinada suavidad y peculiar musicalidad. El carácter de los recursos técnicos y la esencia misma de la imagen revelan una estrecha ligazón con las tradiciones bizantinas. Existen distintas opiniones acerca del origen del icono. Muchos expertos suponen que el icono se debe al pincel de uno de los pintores griegos que en aquel entonces trabajan en Rusia.

Icono "La Virgen de la Ternura" (siglo XIII)
Entre las obras pictóricas medievales más antiguas figura también el icono La Virgen de la Ternura (siglo XIII), que procede de la ciudad norteña de Belozersk. En la Antigua Rus la efigie iconográfica de la Virgen de la Ternura estaba muy divulgada. Brindaba la posibilidad de crear una imagen elevada, llena de humanismo y, al propio tiempo, sacrificada y trágica. Su estilo deja percibir claramente rasgos monumentales propios para el arte del período precedente a la invasión mongola.

Icono "Boris y Gleb" (siglo XIV)
Boris y Gleb (siglo XIV), uno de los iconos rusos más refinados y "aristocráticos", revela el alto desarrollo alcanzado por la antigua cultura artística.

Boris y Gleb eran hijos del príncipe Vladimiro de Kiev. En 1015 les dio muerte su hermano Sviatopolk en lucha dinástica. Los canonizaron y eran venerados como protectores de la dinastía del príncipe. Aparecen con cruces, símbolo de su martirio, y espadas en las manos. La situación frontal y el carácter estático de las figuras, el marcado ritmo de los contornos rigurosamente coordinados, la sonoridad decorativa del color, todo añade majestuosidad a las imágenes de los santos.

En cuanto al origen del icono no existe una opinión común. Una parte de los entendidos creen que pertenece a la escuela de Vladimir y Súzdal, otros lo relacionan con la escuela temprana de Moscú, de la cual se han conservado pocas obras.

Mientras admiramos las excelentes gamas colóricas de los antiguos iconos, cabe mencionar el trabajo escrupuloso, casi de orfebre, de los restauradores, que devuelven su magnificencia a las obras antiguas. Antaño el imaginero velaba la pintura con aceite de linaza que, con el tiempo, iba oscureciendo y los rostros de los santos apenas se dibujaban debajo de la capa oscura. Renovaban el icono, por regla general, maestros de otras generaciones. A veces el icono tenía varias capas de pintura aplicadas sucesivamente, pero la última también llegaba a los descendientes muy oscurecida. La misión de los restauradores es "abrir", limpiar el icono para que luzca su aspecto primitivo.

Icono "Deisus" (siglo XIV)
El magnífico icono Deisus (siglo XIV), de la escuela de Pskov, ejemplifica la compleja trayectoria de una obra antigua rusa. (Deisus significa súplica. San Juan Bautista y la Virgen imploran a Jesucristo que perdone el género humano). Resaltan los estilos diferentes en la ejecución de distintas partes del icono. Las vestiduras trazadas con precisión y orna mentadas de oro se diferencian de cómo está pintado el rostro de Jesucristo, hecho, por lo visto, posteriormente. Ha sido imposible restaurar el icono enteramente, debido al gran deterioro de la pintura primitiva.

Icono "El milagro de San Jorge
con el dragón" (siglo XV)
Las obras de la escuela de Nóvgorod de los siglos XIV y XV (Nóvgorod es una ciudad del noroeste de nuestro país), época de esplendor de la pintura en dicha ciudad, se caracterizan por las composiciones pobladas de figuras, dinámicas y llenas de apetencias de movimiento, la gama colórica brillante y densa, la abundancia de actitudes y gestos y la mímica de los personajes. Todos los rasgos mencionados sustituyeron a la monumentalidad estática de las obras tempranas. Una creación brillante de aquella época es el icono "El milagro de San Jorge con el dragón" (siglo XV), obra maestra que pasó en enriquecer la pintura universal. El icono "Descenso de Cristo a los infiernos" (fines del siglo XIV), de la escuela de Nóvgorod, es típico por sus cualidades artísticas. En la Antigua Rus solían inspirarse en esta escena resolviendo el tema de la resurrección de Cristo. Jesucristo pisando las puertas del infierno saca de allí a Adán y Eva, a lor reyes David y Salomón y a otros profetas y antepasados.

Icono "Descenso de Cristo
a los infiernos" (siglo XIV)
A veces los temas de los iconos reflejaban sucesos históricos reales, aunque complementados con elementos legendarios. De ejemplo puede servir el icono "El asedio de Nóvgorod por los suzdalianos" (segunda mitad del siglo XV), encontrado en la aldea Gostinopolie, a la orilla del río Vóljov. Es uno de los tres iconos de este tema que se han conservado hasta nuestros días. Los otros dos se exponen en la Galería Tretiakov y en el Museo de Bellas Artes de Nóvgorod.

Icono "El asedio de Nóvgorod por los
suzdalianos" (siglo XV)
La composición del icono forma tres filas donde se desarrolla el tema. En la parte superior vemos el traslado del icono milagroso "Aparición de la Virgen" a la fortaleza de Nóvgorod; según la leyenda, precisamente este icono protegió a los habitantes de Nóvgorod en 1169 durante el asedio de la ciudad por las tropas del príncipe Andrés Bogoliubski de Súzdal. En las filas central e inferior presenciamos las negociaciones y la batalla contra los suzdalianos. La divulgación de este tema en la escuela pictórica de Nóvgorod tenía sus razones históricas reales: era un medio peculiar de robustecer la independencia de Veliki Nóvgorod.

A la par que las obras de la escuela de Nóvgorod, se encuentra el arte de Pskov (otra ciudad del noroeste de Rusia). La escuela artística del antiguo Pskov está representada por un número relativamente reducido de obras y no se ha estudiado a fondo. Los rasgos característicos de la pintura de Pskov quedan de manifiesto al comparar el icono "Descenso de Cristo a los infiernos" (siglo XIV), ejecutado por un maestro de Pskov, con el icono sobre un tema análogo de la escuela de Nóvgorod que acabamos de ver. Se nota el carácter mucho más tenso y dramático: bruscas actitudes de las figuras, siluetas agudizadas, colorido sombrío, donde prevalecen tonalidades rojas y verdes opacas, tales son rasgos típicos del estilo de la escuela de Pskov.

Icono "San Demetrio de Tesalónica"
(siglo XV)
El antiguo Pskov tenía mucho de común con Nóvgorod: tampoco fue dominado durante la invasión tártaro-mongola, en su modo de vida había rasgos democráticos y, por último, igual que los vecinos de Nóvgorod, los ciudadanos de Pskov revelaban cierta libertad creadora en lo tocante a los rigurosos cánones de la pintura eclesiástica. Mas pese a todo, el arte de Pskov era completamente autóctono y original, lo que atestiguan también otros dos iconos: El Arcángel Gabriel y San Demetrio de Tesalónica.  Aquí se ve muy bien la peculiar manera de los maestros de Pskov de pintar los rostros: cejas fruncidas y enarcadas, oscuros triángulos debajo de los ojos que hacen resaltar la intensidad de la mirada; todo ello comunica originalidad a las imágenes de los santos. Otra peculiaridad del icono consiste en el nimbo hecho en relieve moldeado, lo que se encuentra muy rara vez. El dibujo sencillo y preciso y los rostros de los santos llevan el sello del arcaísmo, propio de muchas obras de Pskov.

Por regla general, los nombres de los pintores antiguos no nos llegan desde lo profundo de los siglos, sólo unos pocos han subsistido gracias a las antiguas crónicas. Entre aquellos imagineros rusos la historia nos ha conservado el nombre de Andréi RUBLIOV, el pintor más grande de la Antigua Rus.

Hay pocos iconos de los cuales podamos afirmar con certeza que se deben a los pinceles de Andréi Rubliov. Se sabe que el pintor desenvolvió su actividad a fines del siglo XIV y principios del XV (de 1370 a 1430, aproximadamente) y cooperó con otros imagineros afamados, como Teófanes el Griego y Prójor de Gorodets, trabajó en Zvenígorod y en el monasterio de la Trinidad y San Sergio, cerca de Moscú; con Daniel Chiorni ejecutó frescos e iconos en la catedral de la Asunción de la ciudad de Vladimir (no lejos de Moscú).

A. Rubliov. El
Apostol Pablo
En el Museo Ruso se conserva una parte del iconostasio de la catedral de Vladimir. De todas las composiciones de este tipo dicho iconostasio es el mayor. Así, por ejemplo, los iconos de la fila de Deisus miden más de tres metros de altura y la fila comprendía 15 (según otras fuentes, 21) iconos. Los iconos se conservaban mal y al renovarlos la antigua pintura fue seriamente deteriorada. El icono mejor conservado es "El Apóstol Pablo", cuyo presunto autor es Andréi Rubliov.

La figura magistralmente pintada sobre la estrecha tabla, las líneas rítmicamente dispuestas que parecen chorrear, los colores en sutil armonía, todo lleva el sello de la perfección. "Parece pintado con humo" —anotó el antiguo cronista, pasmado por la maestría de Andréi Rubliov. La imagen del santo expresa profunda meditación, recogimiento, sosiego y calma.

El arte de Rubliov era una expresión peculiar de los ideales de la época. En aquellos tiempos Rusia trataba de superar las discordias y sangrientas luchas intestinas, crecía la conciencia del pueblo, que acababa de liberarse de las crueles humillaciones del yugo tártaro-mongol. (En 1380 se libró la batalla de Kulikovo, que tuvo un significado histórico decisivo para la liberación de Rusia de los avasalladores tártaro-mongoles). La idea de la liberación y el perfeccionamiento del espíritu humano, que inculcaba el pintor, determina el contenido humanista de sus obras. Rubliov no contrapone —y lo hace deliberadamente— el hombre al ideal supremo. Al contemplar la belleza, el hombre se eleva en sus pensamientos, aproximándose a la imagen perfecta, tal es la concepción filosófica en que se basa la obra de Andréi Rubliov.

Icono "La Presentación" (siglo XV)
El icono "La Presentación" procede también del iconostasio de la catedral de la Asunción en Vladimir, de la fila "de las fiestas" (trata el tema evangélico de la presentación del niño Jesús en el templo). El carácter de la imagen, su noble discreción y la inspiración poética, todo hace suponer la mano de Rubliov. Las figuras alargadas, la suavidad de líneas tranquilas, la esbeltez y la armonía de la composición, la exquisitez de las tonalidades destacan la solución pictórica del icono.

La obra de Andréi Rubliov es la cima del arte antiguo ruso. En sus iconos la pintura rusa medieval alcanza la cumbre de su evolución. Absorbiendo lo mejor del arte de la Antigua Rus, la obra de este gran pintor predeterminó de modo considerable el sucesivo desarrollo de la iconografía rusa.

Mientras la cultura bizantina vivía su decadencia, el arte antiguo ruso alcanzó el apogeo de su desarrollo. Lo peculiar del florecimiento de este arte se hace obvio si recordamos que en Europa los siglos XIV-XVI son la época de Giotto, Van Eyck, Masaccio, Leonardo de Vinci, Rafael, Miguel Angel, Ticiano, Durero, titanes del Renacimiento.

Icono "La Virgen Hodigitria" (sigle XVI)
La obra de Dionisio (1440, aproximadamente — entre 1502 y 1508) fue un fenómeno de igual importancia en el arte ruso antiguo que la de Andréi Rubliov. Siguiendo a su genial antecesor, Dionisio comunica al estilo iconográfico consumada exquisitez y perfección. Igual que Rubliov, Dionisio relaciona el reforzamiento de los principios estéticos con determinadas aspiraciones filosóficas. El artista pinta un mundo deseado en el que se ha alcanzado la armonía entre el espíritu y el cuerpo. Sin embargo, las obras de Dionisio, comparadas con el arte de la época precedente, son más nítidas y vistosas. Cuando se habla de la obra de Dionisio se tiene en cuenta un espectro de fenómenos estilísticamente afines, dentro del cual es muy difícil establecer quién fue el autor de uno u otro icono. Lo que se sabe a ciencia cierta es que Dionisio con sus hijos pintó la catedral de la Natividad de la Virgen en el convento de Ferapont (cerca de la ciudad de Vólogda, al norte de la parte europea del país) y participó en la creación del iconostasio de esta catedral (principios del siglo XVI). El icono "La Virgen Hodigitria" (1500, aproximadamente) puede servir de ejemplo de la alta maestría de Dionisio. La imagen creada por el pintor está llena de gran vigor y refinada armonía. El motivo ornamental se emplea con un gusto impecable y comunica al icono sonoridad y solemnidad. En la combinación de las tonalidades doradas-ocrizas, verdes, azules y castañas el pintor encontró una proporción que denote suprema maestría.

Icono "Descenso de Cristo a los
infiernos" de Dionisio
Se considera que el icono "Descenso de Cristo a los infiernos", del convento de Ferapont, es fruto exclusivo de los pinceles de Dionisio.

A diferencia de los iconos análogos de las escuelas de Nóvgorod y Pskov, la composición de Dionisio se ve más desarrollada y compleja. A Jesucristo lo rodean los ángeles llevando globos con cruz en los que está escrito: felicidad, amor, verdad, alegría, etc. Los demonios del infierno están señalados con estas inscripciones: muerte, amargura, desesperación, odio, etc. La contraposición de los conceptos, a la que está supeditada la lógica de la composición, y el luminismo alegre de toda la pintura ayudan a comprender que el icono afirma la idea del triunfo de la luz y de la victoria de la vida sobre la muerte. El icono es excepcionalmente bello, luce combinaciones cromáticas refinadas y un ritmo complejo que penetra todo.

Icono "San Gregorio
Teólogo" de Dionisio
Los iconos "El Arcángel Gabriel" y "San Gregorio Teólogo", del mismo convento del Ferapont, atraen por su selectísima composición de líneas. Cabe mencionar que, empezando por la época de Rubliov, la línea adquiere cada vez mayor expresividad y musicalidad. En la obra de Dionisio y los pintores de su círculo esta cualidad de la línea cobra particular sonoridad. Las imágenes parecen leves, casi incorpóreas, el ritmo de las actitudes es lento y suave. La imagen se tiñe de entonaciones sublimes y poéticas.

Desde mediados del siglo XVI la iconografía rusa sufre cambios que atestiguan el comienzo de la etapa final en la evolución del estilo de la pintura medieval rusa. Para aquel entonces es característica la aparición de las parábolas. El simbolismo de los iconos va sustituyéndose por las alegorías, y su carácter filosófico, por la actualidad.

Icono "La visión de Eulogio" (siglo XVI)
A este tipo de iconos pertenecen, La visión de Eulogio, La visión de San Juan Climaco, Parábola del ciego y el cojo (segunda mitad del siglo XVI, escuela moscovita). Se supone que forman un ciclo único de iconos que se disponían en una sola tabla. A pesar de su carácter decorativo, la línea y el color no están relacionados con la expresividad de la imagen. Se pone el acento en la narración, en los detalles elocuentes y el contenido alegórico. Por ejemplo, "La visión de Eulogio" relata la historia del monje Eulogio a quien en la misa de noche se le aparecieron los ángeles, que premiaban a los monjes justos y devotos y eludían a los codiciosos. En esta escena se transparenta la alusión a la avaricia de los monjes que pretendían poseer tierras y gentes, lo que lógicamente provocaba protestas y reprobación.

En la pintura tardía de la Antigua Rus ocupa un lugar muy especial la tendencia estilística llamada escuela de los Stróganov. Muchos iconos de pintura en miniatura y muy fina llevan las siglas de los Stróganov, acaudalados hombres de negocios y mecenas.

Icono "El Milagro de Teodoro Tirón"
(siglo XVII)
Una muestra interesante de la escuela de los Stróganov es el icono "El Milagro de Teodoro Tirón" (principios del siglo XVII), por Nikífor SAVIN (conocido también como Nikífor Istomin), uno de los magníficos representantes de esta tendencia estilística. El icono narra la leyenda de un guerrero milagroso que venció a un dragón de muchas cabezas. El icono es pequeño, ejecutado con la máxima meticulosidad caligráfica, todos los detalles pintados con minuciosidad. Lo distingue el fino colorido. La composición del icono está supeditada a las tareas decorativas.

En el siglo XVII son muy acusadas las transformaciones del estilo de pintar imágenes religiosas. Cambiaba la mundividencia del hombre medieval y con ella se modificaban sus concepciones del arte. A veces la ortodoxia religiosa se unía a la aspiración de comprender más a fondo el mundo circundante. A la par que la prédica de la pintura "oscura", ascética y decorosa se nota un afán de aproximarse a la naturaleza, a la realidad.

Icono "La trinidad" (siglo XVII)
Simón USHAKOV (1626-1686) fue el gran pintor del siglo XVII. Este artista de talento, que prosperó por igual en la pintura mural y en la imaginería fue reconocido ya en vida. Fue el maestro principal de la Armería de Moscú, centro artístico oficial de aquella época. La pintura con elementos realistas, que cultiva Simón Ushakov, se convierte en tradición básica de la iconografía de la segunda mitad del siglo XVII. En el icono "La Trinidad" (1671), expuesto en la sala N° 4, el artista hizo uso de la composición simétrica con figuras de tres ángeles, ya canonizada en la Antigua Rus. Pero la composición es quizá lo único que Ushakov heredó de sus antecesores.

Icono "El zar Fiódor Ioánnovich"
(siglo XVII)
La acentuación del carácter estereoscopico y material de la imagen, el empleo de elementos de la perspectiva directa y la guarnición seca y severa de las vestimentas son los rasgos que señalan la manera del pintor. Atrae la atención la tendencia a la reproducción realista de detalles arquitectónicos y paisajísticos. Los rostros de los ángeles adquieren rasgos reales. Al propio tiempo, el pintor pierde la concepción filosófica y poética de las imágenes de la Santa Trinidad, concepción que nos admira, digamos, en análogo icono de Andréi Rubliov.

En el siglo XVII aparecen los primeros retratos, llamados "parsunas" (de "persona"). Un brote del nuevo género naciente: "El zar Fiódor Ioánnovich" (primera mitad del siglo XVII). En cuanto a las técnicas de pintar, la parsuna no se distingue del icono, pero contiene ya elementos de retrato y se percibe cierta comprensión de la individualidad del modelo. La parsuna fue precursora de la Edad de Oro del retrato ruso.

Así pues, el arte tradicional de pintar iconos, que evolucionaba a lo largo de varios siglos, entra en el período de su decadencia. La sustituye el nuevo arte originado por la época de grandes transformaciones. La vasta cultura acumulada en la Antigua Rus y la gran experiencia estética y moral del antiguo arte ruso sirvieron de sólida base para su fomento.

A. GÚBAREV - "Libro-guía del Museo Ruso" (1981)

Comentarios

Publicar un comentario